El Comté se produce en las abruptas montañas y las extensas mesetas del Macizo de Jura, una región que abarca el Jura, los Doubs (ambos incluidos en Franco-Condado) y el Ain (en la región de Ródano-Alpes).
La riqueza y la diversidad de los pastos de la montaña y la marcada diferencia de las estaciones aportan al Comté un sabor inconfundible, además de la leche de las dos únicas razas nativas de vaca que deben utilizarse: la Montbéliarde, conocida por el dulzor de su leche, constituye aproximadamente el 95% del ganado, y la parte restante la conforman las vacas Simmental francesas.
Se presenta como una rueda imponente, con una corteza con aspecto de piedra de color beige que adquiere un mayor grosor y dureza con la maduración. Al corte, su pasta es firme, seca y ligeramente granulada, de color marfil, puede presentar algunos ojos aislados del tamaño de una cereza.
Una vez concluído el proceso de afinado que puede ser de 6 a 30 meses, se califica cada lote del 1 al 20, en función de su sabor, textura y aspecto. Los quesos con una calificación mínima de 15 reciben la etiqueta verde Comté Extra; los de entre 12 y 14, obtienen le etiqueta marrón de Comté: mientras que los quesos que reciben una puntuación inferior a 12 no reúnen los requisitos para exhibir la etiqueta AOC Comté.
¿Por qué nos gusta?
- Suena muy tópico pero el Comté es un queso súper equilibrado.
- No conocemos a nadie que no le guste. Pequeños y mayores.
- Porque unos bastones de Comté en una tabla de quesos, son religión.