Lleno de alegría
Comprar queso es un placer
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Mira, con los quesos pasa igual que con los helados.
Entramos en una tienda y hay tanta variedad que no sabemos cuál elegir.
Frescos, añejos, de pasta blanda, corteza lavada, enmohecidos, azules, lácticas de cabra...
Hoy te damos 5 pequeños consejos para hacerte tu elección un poquito más fácil y, que al final, disfrutes de tu compra como un ratón colorao.
1. Elige una buena quesería
Algo que nos parece fundamental a la hora de comprar un buen queso, es que elijas una tienda especializada en donde el protagonista sea el QUESO con mayúsculas.
Os desaconsejamos siempre los supermercados por razones obvias: quesos industriales y su estado de maduración y conservación, en muchas ocasiones, deja mucho que desear.
Hoy en día lo tenemos más fácil que nunca para encontrar esas pequeñas mecas del queso.
Redes sociales, página web, opiniones en Google o si nos ponemos tradicionales, el boca/oreja siempre funciona.
Todo vale para recopilar información y hacernos una pequeña idea del potencial quesero del establecimiento.
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2. Be quiet my friend...
Tomárselo con calma es un mantra y para comprar también.
A veces vamos tan deprisa por la vida, tan en piloto automático, que nos olvidamos de los pequeños placeres.
Entrar en una quesería y dejarnos embriagar por su aroma y por la exposición llena de colores, agujeros y formas, es una de esas cosas por las que merecen la pena echar el freno de mano.
3. Observa el género y no te asustes de los mohos
Parece mentira que con solo cuatro ingredientes (leche, cuajo, sal y fermentos lácticos) pueda haber tanta variedad de quesos.
Quesos pequeños y cremosos, redondos como balones, gigantes en forma de rueda, cilíndricos, en forma de cubo o de pirámide, con la corteza negra gracias a una maduración con carbón y blancos por dentro como la nieve.
Fíjate en las cortezas y en sus cortes.
Algunos mohos son fundamentales en la maduración de muchos de ellos, pero desconfía de aquellos que no sean propios del queso. Si un Comté tiene mohos azules, mal. No deberían estar ahí.
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Al mirar los quesos cual voyeur lácteo, las cortezas y las pastas de los quesos nos dice mucho del estado de maduración del queso.
Por ejemplo un Brie de Meaux con la corteza muy anaranjada nos dice que el queso ya está evolucionado, probablemente algo amoniacal y apto solo para unos pocos valientes.
Un queso de pasta dura con grietas nos dice que se ha secado demasiado.
Los quesos necesitan humedad para evolucionar y mantenerse en buen estado.
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4. Déjate asesorar y prueba género
Todo ello forma parte de la experiencia de compra.
Encontrarse con personas que transmitan pasión por el producto, nos dará pistas de la calidad de sus quesos.
Aprovecha para probar algún queso in situ, aunque ten en cuenta que los quesos suelen estar fríos y no van a sacar todo su potencial.
5. Elije quesos de pequeños productores
Tienen que ser tu objetivo.
La grandeza de un queso va más allá del buen sabor.
Un queso artesano de verdad dice mucho de las personas, los rebaños y la tierra donde se elabora.
Los pequeños queseros, son los que día a día luchan por mantener viva la cultura y la verdadera esencia del queso en un mundo donde lo industrial y lo rentable arrasa con todo.
Bola extra: sobre precios y cantidades
Para mucha gente los quesos artesanos son caros.
Nosotros siempre decimos que no son caros si no costosos.
La producción de quesos de pequeños productores es laboriosa y suele empezar con una buena alimentación de los rebaños.
Eso sumado a la elaboración del queso, su posterior maduración, en ocasiones de muchos meses, el transporte hasta el punto de venta y el margen de la tienda especializada hace que un buen QUESO de verdad, se vaya a los 25, 30€ en adelante.
Siempre recomendamos comprar para consumir en una semana aproximadamente.
Esto garantiza que los quesos estén en un buen punto y que el disfrute siempre sea máximo.
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En resumen:
Compra en tiendas especializadas que cuiden los quesos, te asesoren bien y te transmitan el buen hacer de los pequeños productores.
Y tomátelo con tranquilidad y elige variedad y calidad, más que cantidad.
Así consumirás con placer y responsabilidad.
La Quesería Gijón
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