¿Sabías que Holanda es el quinto productor de queso a nivel mundial solo superado por Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia? Produce más de 600 millones de kilos de queso al año. Pero solo un pequeño porcentaje de ellos se puede considerar como artesanos: quesos elaborados por pequeños productores que transmiten la verdadera esencia de los pastos y de la leche de las vacas tradicionales holandesas, la raza Holstein o frisona. Los mejores quesos de Holanda están en el norte, en la región Beemster, área que fue ganada al mar en 1612 y ocupado por agricultores y su ganado.

Cuando Betty Koster y su marido Martin, dueños de una tienda de queso en Amsterdam llamada L'Amuse viajaron a Estados Unidos y vieron que los "mejores" quesos holandeses que se vendían en tiendas especializadas, no se diferenciaban mucho de una gran bola de plástico y que además su precio sobrepasaba, ampliamente, los 60$/kg se escandalizaron tanto que se propusieron, desde ese día, poner el queso holandés en el sitio que se merecía. Empezaron a colaborar estrechamente con productores artesanos de Beemster y a madurar Goudas a temperaturas más altas de lo normal, obteniendo quesos más mantecosos, con cristales de tirosina en aquellos de larga maduración y muy sabrosos gracias en gran medida a los pastos ganados al mar. Actualmente exportan sus quesos a todo el mundo con el pequeño inconveniente de que no pueden satisfacer la alta demanda que están teniendo. 

Tenemos el privilegio de contar con tres de ellos en nuestra tienda. Podrás probar su Gouda añejo de leche pasteurizada de vaca madurado durante más de dos años. Su color naranja característico y sus toques a caramelo hacen de él uno de nuestros preferidos para nuestras tablas de queso. El Brabander, un queso elaborado con leche pasteurizada de cabra, sabroso y mantecoso, un gran descubrimiento para el que lo prueba ya que no tiene nada que ver con los insulsos Goudas que normalmente se encuentran en las grandes superficies. Y de vez en cuando, como extra, podréis encontrar el Brabander añejo bautizado como Black Betty, un queso más seco, salino e intenso que su hermano pequeño.

Todos ellos transmiten, aparte de su indudable calidad, la esencia de un país que es mucho más que vacas, flores y molinos.

La Quesería Gijón