Si gozas de buena salud y eres medianamente diligente respecto a la higiene, tendrás un rebaño de unos 1.000 billones de bacterias pastando en las llanuras de tu carne, unas 100.000 por cada centímetro cuadrado de tu piel. Eres para ellas el mejor bufé, con la ventaja añadida del calor y la movilidad constante. Y ellas te dan para agradecértelo el olor corporal.

Del capítulo 20. Un mundo pequeño. Del libro, Una breve historia de casi todo.

Lo que está claro es que las bacterias son las jefas. Es decir por mucho que nos flipemos con las IA's y juguemos a ser dioses, estamos en este planeta porque ellas nos permiten estarlo.

Dependemos totalmente de las bacterias para obtener nitrógeno del aire y convertirlo en nucleótidos y aminoácidos útiles para nosotros.

Además, cada un millón de divisiones, una bacteria muta y obtiene una ventaja accidental respecto a las otras. La habilidad para rechazar el ataque de un antibiótico es una de ellas y eso no mola mucho, al menos para nosotros.

Pero no todo van a ser malas noticias. Algunas de ellas les gusta especialmente el queso. Y a la vez que se lo come, lo transforma. Las Brevibacterium linens son las responsables del olor corporal y de los maravillosos quesos de corteza lavada. 

Estos quesos se lavan con salmuera durante su maduración aportando una humedad continua. Una verdadera sauna turca para nuestros microscópicas amigas.

La alta humedad favorece la cremosidad y los aromas intensos.  

Separaciones de parejas por no compartir el amor hacia la Torta del Casar son un hecho.

Si te apetece darte un homenaje y a la vez rendir pleitesía a las jefas, esta, esta o esta de aquí, son fantásticas opciones.

Quesos cremosos y con personalidad te picarán a tu casa.